Es cierto que existen varios tipos de aceite. También es cierto que, cuando estamos delante de la estantería del supermercado, sabemos que el Aceite de Oliva Virgen Extra es un aceite de más calidad porque su precio es más elevado pero, ¿sabemos realmente las diferencias entre ellos?
Existen múltiples aceites procedentes del fruto de los olivos y clasificados por la variedad de aceituna de la que provienen, olor, sabor, color… No obstante, los cuatro más comunes y que nos encontraremos en nuestro lugar habitual de compra, o lo que es lo mismo, las cuatro categorías comerciales reconocidas por la UE son:
Aceite de Oliva Virgen
Aceite de Oliva
Aceite de Orujo de Oliva.
¿Las diferencias? Te las presentamos aquí:
Los aceites de oliva virgen y virgen extra se procesan mediante métodos de extracción, métodos mecánicos y de centrifugado con los que se conservan la mayor parte de las propiedades del aceite. La diferencia entre los dos está en que el virgen extra es de máxima calidad y nunca debe pasar los 0.8º de acidez y su nota de cata cualificada debe ser de 6.5 o mayor. Por el contrario, el virgen se permite un nivel de acidez de hasta 2º y el mínimo en la nota de cata cualificada tiene que ser 5.5. Aún así, la diferencia entre ambos es mínima.
Nuestro tercer clasificado es el Aceite de Oliva, éste pierde la denominación de virgen porque puede llevar hasta un máximo de 90% de aceite refinado. Proviene de los aceites que sobran de los anteriores procesos mecánicos. Son aceites que no se pueden consumir por su fuerte sabor y para hacerlos aptos para el consumo, se emplean procesos químicos. El porcentaje restante procede de aceites vírgenes.
Por último, el Aceite de Orujo de Oliva, es el aceite de menor calidad apto para el consumo. Es el residuo de la aceituna molida y prensada, al que hay que aplicar una serie de disolventes químicos para extraer el aceite que contiene. Para conseguir que sea apto para el consumo, se refina y mezcla con aceites de oliva vírgenes.