En Grecia, el olivo apareció gracias a la diosa de la sabiduría Palas Atenea que trajo del suelo un fruto que tendría diferentes virtudes importantes para el hombre. El principal de ellos sería que este fruto permitiera que los hombres se alimentasen solos.
Este ejemplo ilustra perfectamente lo importante que ha sido el cultivo del olivo desde la antigüedad.
Los griegos vieron en el aceite de oliva importantes beneficios para la salud y para el cuerpo, por eso se le dedicó cierto culto.
Pero no solo vieron el aceite de oliva que era muy bueno por su sabor, si no que para ellos tenía un lado útil. Esto se conviritió en una actividad económica crucial para Grecia ya que el país estaba haciendo mucho comercio a través del éste. El aceite de oliva se conservaba como un artículo precioso que raramente estaba embotellado.
Todo esto muestra lo antigua que es la historia del aceite de oliva que como hemos visto anteriormente, no es solo por su sabor sino también por todas las propiedades que posee.
El Oráculo de Delfos decidió dar este privilegio a quien regalara a la ciudad el mejor de los presentes.
Poseidón regalo un rio de agua salada y Atenea creó el olivo.
Por supuesto ganó Atenea y el olivo fue y sigue siendo el símbolo de toda la cultura helénica y posteriormente romana.
Del olivo se extrajo el zumo de las olivas y se le denominó aceite de oliva virgen extra.